sábado, 28 de diciembre de 2019

La historia a través de las generaciones

PARIS
Edward Rutherfurd
Rocaeditorial



En 1875, en París, Roland De Cygne tiene tres años y es un noble bajo la educación de un sacerdote; Jules Blanchard, rico comerciante, quiere abrir los almacenes Joséphine; Thomas Gascon es un obrero que trabaja en el ensamblaje de la estatua de la libertad que saldrá para Nueva York; Jacques Le Sourd conoce el paredón en donde fue fusilado su padre durante las revueltas de la Comuna.

A través de estos personajes y sus generaciones, hacia atrás y hacia adelante, se desarrolla la historia de la ciudad de París, sus  transformaciones, los hitos arquitectónicos que la embellecieron, las luchas sociales, las periódicas revueltas de pobres contra ricos,  las guerras, la revolución transformada en sangre y venganza social, en fin, "la creación orgánica, ancestral" del paisaje de hoy.
Ile de la Citè en laguiadeparis.com

Edward Rutherfurd, seudónimo del  escritor inglés Francis Edward Wintle (Salisbury, Reino Unido 1948) ha escrito varias novelas históricas  sobre ciudades y algunos países utilizando el recurso de narrar  a través de distintas generaciones de personajes, lo que es una maravillosa manera de ir encadenando la historia y su evolución. Pero se requiere de muchos personajes para contar la historia de ciudades antiguas; a veces el lector se confunde y debe repasar lo leído; a veces los personajes hacen largas reflexiones que le restan acción a la novela; y en París, además, no se sigue un orden cronológico sino que se salta en el tiempo; sin embargo, esto permite al lector mirar el paso de las generaciones, de las ideas, de los odios y los amores, el paso de la vida durante muchos años en un mismo sitio.
Fotografía de eltiempo.com

En estrevista con el diario El Tiempo durante la feria del libro de Bogotá 2019, además de mencionar la creación  orgánica y ancestral de las ciudades de hoy, el autor comentó: "Fui demasiado afortunado de nacer y pasar mis primeros años en una ciudad medieval. Vivíamos junto a una catedral; a unas cien yardas de nuestra pequeña casa había hermosos edificios viejos que pertenecían a diferentes siglos, desde el XII hasta el XX. ¡Incluso el edificio de mi guardería tenía cerca de 800 años! El fuerte de la colina celta junto a la ciudad tenía más de 2.000 años, y viajando unas millas estaba Stonehenge, de 5.000 años.


Simplemente estaba acostumbrado a vivir en medio de la historia. Las primeras caminatas que tomé a los dos años fueron en la catedral y en su claustro, y con todas las historias que me contaban acerca de La canción de Roland, Robin Hood, El Cid y otros héroes de la Edad Media, las efigies en las tumbas medievales, que podía tocar mientras pasaba, me parecían tan reales como mis propios abuelos."

Esta novela es una construcción monumental, aun cuando siento que se queda corta; faltan los parisii, fundadores celtas del sitio inicial en la orilla del Sena en el siglo III A.C., y los romanos, que refundaron Lutecia,  y las invasiones germanas y vikingas; faltan los merovingios y los carolingios, aun cuando la mayor importancia de éstos fue la ampliación de fronteras más que la ciudad. En la novela, lo más atrás que se llega es al siglo XIII con el rey Luis, luego santificado, de la dinastía de los Capetos. En Londres, otra de sus novelas históricas grandiosas,  el autor arranca desde los orígenes de la ciudad.

Tal vez incluir esas épocas habría hecho mucho más larga la novela, pero en esos años antiguos se fue forjando la Francia de hoy. Tal vez es que yo tengo debilidad por el medioevo, ésa época que en mi tierra natal no tuvimos.

No obstante, París  es  una de esas novelas que incitan a saber más,   y ésta, además,  ¡invita a visitar París! Invita a repasarla de la mano de este autor, a recordar su historia, a conocer los sitios en donde vivieron los personajes; aterriza la Historia en la vida de personas que bien pudieron haber vivido allí en las distintas épocas, la acerca, la hace nuestra. Es un trabajo impresionante el que hace este autor al contar la historia de una ciudad como París, porque a través de las sucesivas generaciones vemos la evolución de la civilización y de las ideas en el curso de los años y, también,  la continuidad de las tradiciones en las famiias, todo lo que construye una sociedad, con sus pros y sus contras, y su maravillosa diversidad.

Dentro de sus novelas históricas se encuentran Sarum, Londres, Rusia, New York y Príncipes de Irlanda.

Invito a leer: https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/entrevista-con-edward-rutherfurd-invitado-a-la-feria-del-libro-354186

https://www.revistaarcadia.com/contenidos-editoriales/arcadia-en-la-filbo-2019/articulo/entre-la-musica-y-la-arquitectura-la-novela-historica-segun-edward-rutherfurd/74240

martes, 3 de diciembre de 2019

Una hermosa nota que comparto




«Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.»

Cuando leo este fragmento de la novela de Vladimir Nabokov pienso en el placer de pronunciar algunas palabras. La lengua contra el paladar, contra los dientes, el siseo de las consonantes sonoras, el susurro de las fricativas o el gorjeo aterciopelado de las oclusivas. La fonética y la fonología a menudo son el arte de la seducción y la memoria.

Tenemos palabras favoritas, palabras en las que se desdibujan las razones de nuestra querencia entre fonética, significado o emoción. Apreciamos leerlas, pensarlas, perdernos entre sus curvas, dedicarles diez poemas. Construimos mundos en las cimas de sus picos y remontamos sus olas incesantes. Melancolía no solo es un estado habitual que nos aqueja, nos ronda y nos corteja, es música. Quejumbrosa, atormentada, brumosa, nostálgica, encriptado, lletraferit, malaguanyat, melic, préssec... la lista es larguísima y cambiante. Pero ningún vocablo tan misterioso y rico en matices como aquella saudade que un día nos descubrió Manuel Rivas.

Saudade es una palabra portuguesa y gallega que roza la melancolía. Saudade es tristeza, es nostalgia, es anhelo de recorrer la distancia que nos separa de aquello que amamos; es la llovizna perenne sobre los altos bosques de Galicia, de Irlanda, de Escocia; la bruma de sus mañanas, el gris marengo de sus cielos otoñales; es pérdida, es el hiraeth de los galeses (el añoro del hogar) y la enyorança de mi tierra. Una bella medida de desesperación por aquello tan íntimo perdido, un estado terriblemente hermoso, sereno y delicado, de ausencias que duelen hondo.

Todos tenemos esas palabras fetiches que reconocemos raudos en un texto, como un hechizo pronunciado a media voz que nos encanta. Me pregunto hasta dónde depende nuestro amor por un libro, por un poema, o un escritor, en la medida en la que pulsa esas notas de Hamelin que nos resultan irresistibles. Me gusta mucho la prosa de Rivas y la de Vales, la de Chesterton y la de Pratchett, la de Matute, Scott, Ospina... Lista tan larga como la de sus —¿o eran mis?— palabras que evocan. Otra apuesta azarosa entre pensamiento, lenguaje y emoción que es nuestro uso lector de cada día.


https://monicagutierrezartero.com/

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Recuerdos del mundo

EUROPA EN EL PARABRISAS
Robert Byron
Editorial Confluencias


Este es un libro de "Reflexiones tras un viaje en coche de Grimsby a Atenas", un libro "sin pretensiones literarias", aclara su autor, publicado en 1926. En agosto de 1925 tres amigos, compañeros de estudios en Oxford, emprenden un viaje por Europa a bordo de un automóvil -que llaman Diana- atiborrado de baúles, incluyendo uno lleno de libros y otro de licores. Son ricos, solo las personas adineradas podrían hacer un viaje así; son jóvenes, educados, y sobre todo, son muy ingleses. 
Diana. Dibujo de R. Byron

Viajan por una Europa que "tomada en su conjunto, es una gran desconocida para la mayor parte de sus habitantes, sumergidos en la desastrosa tradición de unos Estados aislados y armados hasta los dientes". El autor piensa que puede contribuir "de alguna forma a un nuevo sentido de 'Conciencia Europea' que se esté fraguando gradualmente".
Nuremberg. Dibujo del autor

Robert Byron
El viaje empieza en Alemania, cuando aún no existen los viajes de placer hacia allá, pasa por Austria, por Italia y termina en Atenas. Transitarán por una Europa de entre guerras, con vías en regular estado, ciudades incomunidadas entonces entre sí, dificultades burocráticas, con el fascismo rondando como una sombra, y caminantes alemanes mendigando a cambio de canciones, jóvenes universitarios que después de la primera guerra no vislumbran un presente ni un futuro.

En Berlín las diversiones han sido proscritas; en Nápoles, la pobreza deslumbra  bajo el sol; en Patras los acosan los niños mendigos y vendedores al punto que "cansados de tanta humanidad", se fueron a tomar el té. En Atenas encuentran que "es la capital europea en la que las tradiciones inglesas tienen las raíces más profundas", y el culto a Lord Byron (no tengo claro si fue su antepasado o no),  es lo que mantiene siempre viva a Inglaterra a los ojos de los griegos.


Para los lectores viajeros de hoy es interesante ver cómo evolucionó Europa desde los años 20 y cómo efectivamente se fue formando una "conciencia europea" a lo que el autor de este libro quiso contribuir. Y cómo mantienen permanencia, varias décadas después, las observaciones arquitectónicas y artísticas de Byron, los sitios que le gustaron, las costumbres de los pueblos. 


Orvieto
Ravena
Hoy, pese al desbordado turismo que recorre las ciudades de Europa, muchas veces inculto e ignorante de la historia, a algunos viajeros nos  siguen deslumbrando estos lugares,  la cúpula azul y dorada del mausoleo de Gala Placidia en Ravena, con sus delicadas ventanas de alabastro; Florencia y la canción de los olmos junto al Arno; la luz iluminando los mosaicos dorados de la catedral de Orvieto; Siena atardeciendo, y la sombra de las torres de San Gigminiano; el mar de Atenas que, al igual que a Byron, nos sigue diciendo "vuelve".
Caminos de Grecia
Robert Byron (Wembley, Reino Unido, 1905- Cabo Wrath, Reino Unido, 1941), fue uno de los grandes viajeros y autor de libros de viajes del siglo XX; se educó en Eton y Oxford como crítico de arte e historiador.  Entre sus obras se encuentran Viaje a Oxiana, Rusia, viajes por un mundo cambiante, VIaje al Tibet, Grecia, viaje al monte Athos. En un viaje a Oriente Medio en 1941, el carguero en el que viajaba fue torpedeado por un submarino nazi. En Europa en el Parabrisas, dice Bayron al pasar por Baviera que ésta era la zona más alemana de Alemania y que era ahí donde debía temerse un renacimiento del militarismo. Era 1926, regía la República de Weimar surgida luego de la derrota en la primera guerra; se gestaba la segunda guerra; Byron tal vez la sentía en el aire de esa Europa que recorrían, esa guerra que cortaría abruptamente sus viajes por el mundo.

jueves, 10 de octubre de 2019

La construcción de una leyenda

FEROX
Serás Leyenda
Olivia Sterling
Ediciones B
2019


Es el año 1033 y se espera que ocurra el fin del mundo, exactamente mil años después de la muerte de Jesús. Micaela Mediaespada no lo sabe. Sólo sabe que alguien la está buscando y que su padre la ha escondido siempre en un claro del bosque. No sabe por qué la busca, pero sabe que debe huir y buscar la respuesta en la playa de los hombres de piedra. Deja atrás la infancia en el bosque, al padre muerto en una caverna en donde flotan antiguos sepulcros visigodos llenos de gemas. Deja la inocencia.

En el camino conocerá el dolor, la traición, la miseria humana en donde, pese a todo, brillan algunas perlas en la oscuridad, una sonrisa, una mano desconocida que sirve de apoyo. Micaela pelea. Debe pelear por su vida, por su libertad, por su derecho a respirar a su antojo en el mundo. Es una guerrera, no se rinde. Es una mujer en perpetua lucha, aún si no puede ganar, aún si muere, pues lo que impulsa a enfrentar la vida es "el afán". "Nada mas importa. No hacia dónde nos dirigimos, ninguno de nuestros objetivos; ningún logro; ningún fracaso; sino el afán. Solo eso nos queda. En todas nuestras batallas solo importa nuestro afán. Y eso es mucho, si el afán con que luchamos es grande".

Tomado de oliviasterling.es
Mientras se desenvuelve la historia, los trovadores y juglares van construyendo una leyenda cada vez que la cuentan, la agrandan, la sueñan, la sueltan por los caminos; algunas versiones tienen un final inesperado, terrible, pero la gente no quiere ese final, quiere otro en donde la historia continúe, para que sea posible seguir soñando.

España en 1033. Tomado de oliviasterling.es
Olivia Sterling (Darjeeling, 1980) ha escrito una primera novela maravillosa, que atrapa al lector y no lo suelta hasta que respira en la última página, cuando el trovador ha contado la historia que el público quiere oír. La novela transcurre en una época histórica repleta de miedos, supersticiones y violencias, en donde las mujeres son culpables de todos los males solo por ser mujeres, atrapadas en un mundo demasiado pequeño para sus espíritus; en donde caen los buenos, porque Dios parece desentenderse de la suerte de sus criaturas, porque le es indiferente quién viva y quién no. Un mundo en donde los hombres "llevan siglos aceptando las mentiras que dan algo de luz a sus miserables vidas", porque "una mentira que les produce paz siempre parece mejor que una verdad desoladora". Y por eso nacen los mitos y las leyendas, y se apaciguan los recuerdos con mentiras mientras se va envejeciendo.

Pero en medio del miedo y de la violencia, asoma también  la belleza del mundo en un río dorado al atardecer, en  una hoja cubierta de rocío, en la luz que precede a la noche, en la magia de las estrellas en el cielo, y en esos instantes fugaces de claridad que permiten reparar el daño, perdonar, recuperar la humanidad.
Imagen que aparece como de Olivia Sterling

Me ha gustado mucho este libro, por la época medieval escogida, por las aventuras que se juntan unas con otras, por ese narrador que es también un trovador que va elaborando una leyenda,  por los personajes definidos que hacen que el lector los ame o los odie y vuelva a amarlos otra vez, y  por el sorprendente desenlace de las historias que lo componen, la de Micaela y su perseguidor, que cumplen con un destino y al mismo tiempo, lo modifican rompiendo su inexorabilidad.

El personaje de Micaela Mediaespada  está vivo, es actual, perenne, increíblemente humano y cercano, con errores, desaciertos y chispazos de luz en la oscuridad; su historia de amor es la de muchas mujeres;  la lucha de las mujeres "libres" en la playa de los hombres de piedra es la misma de todas las mujeres desde hace siglos; su afán de conocer su origen y abrazar a una madre soñada, el deseo de encontrar un lugar seguro en el mundo, son anhelos íntimos de todos los seres humanos. 

Dice el narrador: "Cada persona lleva una sola casa dentro, aquella a la que se vuelve una y otra vez en los sueños. Para Micaela era el claro  del bosque, el más querido  y tranquilizador del mundo. Allí siempre reinaba una luz de tarde. Allí, sin responsabilidad alguna, siempre tenía siete años y era feliz, pues el tiempo se dividía entre este juego y el siguiente juego: difícil de diferenciar de la eternidad". 

El final de la leyenda que quiere escuchar el público avizora que las aventuras continúan; que el afán continúa, y la lucha y la derrota y el triunfo; la vida, en fin.





viernes, 12 de julio de 2019

Un canto a la tierra

GUAYACANAL
William Ospina
Literatura Random House 
2019

"Este libro es una novela. Todo lo que se cuenta en él, si fue verdad alguna vez, ahora es un sueño, y todos cuantos habitamos en él seremos sueños".

Eso dice la última página del libro, en donde se suele anotar la fecha de impresión. Y es que la novela es la forma de contar esta historia, la que todos queremos contar alguna vez: de dónde venimos, quiénes fueron nuestros antepasados. Todos queremos recobrar esas historias que se van perdiendo con el tiempo, con los viejos que se van yendo llevándose consigo los secretos familiares.

En Guayacanal, William Ospina (Padua, Tolima, Colombia, 1954) reconstruye la ruta de  quienes salieron de Antioquia a buscar una tierra que llamar propia, y que encontraron entre la niebla y las laderas del cañón del río Guarinó. Era tierra de indios, llena de tumbas antiguas, y la compraron con el oro de tumbas indígenas.
Río Guarinó-Fotografía de Corpocaldas 

Paralela a esa colonización de fines del siglo XIX por  familias que fueron amansando esa tierra y haciendo pueblos, se va desgranando la historia de Colombia, desde los versos de Juan de Castellanos que narran la guerra de los españoles contra los gualíes, los ondamas, los lumbíes, los onimes, contra "los hijos de los bagres del Magdalena, contra los nietos de los búhos y los jaguares de la cordillera y contra los sobrinos del buitre de la montaña". Y, como un oscuro telón de fondo, la violencia que parece perseguirnos desde siempre, que no termina nunca, que cambia de nombre, de credo, de color, menos el de la sangre que sigue empapando la tierra.

William Ospina es poeta, y sus novelas resultan ser hermosos y extensos poemas; Guayacanal es un poema a la tierra en  donde arraigaron sus ancestros, a la cordillera de "guaduales infinitos", de arroyos y hondonadas, de raudales y de "la niebla en los carboneros que vuelan sobre el filo del monte, de la prisa bulliciosa de las bandadas de loros y del silencio azul de los barranqueros".

Es un canto a la memoria, ésa memoria "guardada en casas y en corazones que sigue lanzando en palabras y sueños sus destellos de inmortalidad". Agrega el autor: "Hemos perdido tanto la veneración por los muertos y el cuidado de su recuerdo, tanto hemos permitido que se vayan en silencio por el río de las tumbas y no vuelvan a darnos amparo ni consejo, que es necesario invocar a esos que las generaciones mantuvieron presentes, no por alguna huella imperiosa o tiránica sino por el valor que sembraron, el sentido que dieron a la vida de todos".
Fotografía de escritores.org

A través de sus palabras y de sus recuerdos, el lector va recobrando los suyos por esa similitud de historias, por los miedos aprendidos y transmitidos a través de las generaciones, por los dichos y costumbres repetidos con distintos acentos, por la imposición de la iglesia católica, por el roce de la violencia. Como todo libro hermoso, es mágico, y éste tiene el don de devolvernos  un mundo que ha permanecido  en el fondo de nuestras vidas, nuestra propia historia.



viernes, 7 de junio de 2019

La soledad del poder

INVICTUS
Constantino, el emperador guerrero
Simone Sarasso
Editorial Planeta
2013

El emperador Constantino está muriendo. En su última noche le cuenta al obispo Eusebio de Cesarea cómo llegó hasta allí; levanta la losa de horror que le oprime el pecho; la culpa por tanta sangre derramada lo atormenta. Necesita contarle cada paso que dio, cada sacrificio, cada batalla, cada tropelía...

Constantino fue hijo bastardo de Constancio Cloro, césar de occidente en la época de la tetrarquía de gobierno  creada por el emperador Diocleciano (284-305), con una stabularia (prostituta que servía en posadas) de Bitinia, Elena. La tetrarquía  estaba compuesta por dos augustos y dos césares que se sucederían entre ellos, siendo el  augusto máximo el emperador Diocleciano.  Los demás miembros eran Constancio,  Maximino y Galerio. El secreto para mantener unido todo, decía Diocleciano, era dividirlo todo.
Constantino

Constancio llevó a su hijo, para que fuese educado,  a la corte de Diocleciano en Nicomedia; años después, el emperador abandonará el poder, aun cuando no totalmente, y se retirará a su villa en Spalato, hoy Split, en Croacia. El libro da otra visión de Diocleciano, como  un hombre paternal, sabio, a quien Constantino admira; su crueldad y la persecución a los cristianos de que hablan los libros de historia son, aquí, tangenciales.

La doctrina cristiana ha venido expandiéndose desde el siglo I, y en el siglo III la gente ha dejado de creer en los antiguos dioses que  solo piden sacrificios y no dan nada a cambio; los desamparados, que son miles en el imperio,  acuden a un dios nacido en Oriente, único, excluyente, que trae un mensaje de solidaridad y amparo en la adversidad. 


Imagen en pórfido de los tetrarcas
hoy en la entrada de la catedral
 de Venecia
Constantino aprovecha ese momento: Majencio, hijo de Maximino y yerno de Galerio, es proclamado emperador por una fracción del ejército; en vísperas de la batalla del Puente Milvio, el emperador anuncia que ha visto al dios en sueños, y que éste le ha dicho que bajo su enseña no existe la derrota. La enseña es el crismón, y es pintado en escudos y estandartes; y derrota a Majencio, apuntalando así la ruta hacia el poder absoluto en el imperio, terminando con la tetrarquía en una larga lucha de romanos contra romanos. La guerra continúa contra Licinio, nombrado por Galerio como emperador de Oriente, el último; el dios cristiano es utilizado por Constantino como  el dios de sus ejércitos. Caído Licinio, a Constantino le queda el poder absoluto, y la soledad del poder.

Archivo de Lavarum.svg

Los cristianos, pese al apoyo de Constantino,  también están divididos; el emperador convoca, entonces, aún sin estar bautizado, un concilio ecuménico en Nicea para que se resuelvan las disputas entre las distintas corrientes; de ese concilio nacerán la ortodoxia católica, los pecados, sobre todo sexuales, tan ajenos al mundo pagano, la clase eclesiástica, y una nueva pugna de poder entre Iglesia y Estado, cada uno queriendo subyugar al otro. 

También eleva  a su madre al rango de Augusta, lee las escrituras, habla con sacerdotes; sin embargo, ordena el asesinato de su esposa Fausta, hija de Maximiano, y de  su hijo bastardo Crispo, por traición, se dice, aunque el autor hace girar estos crímenes alrededor del adulterio. 

En el año 330 refundará a Bizancio, que  se conocerá como Constantinópolis, la ciudad de Constantino, la capital del mundo.

Es una dinámica novela  sobre el poder y sobre la ambición de poder, ambientada en una época histórica de cambios cuyas repercusiones aún se viven hoy: el auge de la religión católica, sus primeros intentos de preponderancia sobre las demás religiones con todas las consecuencias que conocemos; la división del imperio romano en Oriente y Occidente; el resurgimiento de una ciudad que, bajo otra religión, todavía perdura como puente entre las civilizaciones.  Lástima el lenguaje obsceno utilizado en los diálogos, y algunas escenas de crueldad innecesaria. Para atrapar al lector, una novela no necesita de estos recursos que parecen formar parte inevitable, ahora, de los libretos. 

No obstante, me gusta que me  ha traído la figura de Constantino, su historia, su  tiempo; el hombre que hizo de Bizancio una nueva ciudad romana, aun cuando la dedicó al dios cristiano, y que  fue cristiana hasta 1453, fecha en que cayó en manos de los turcos, hasta hoy. El nombre de Constantinopla se utilizó hasta 1930, cuando se aprobó la ley del servicio postal turco que insistía en dejar de usarlo.* 

El autor,  Simone Sarasso (Novara, Italia, 1978), es escritor y guionista de comic, cine y televisión; comenzó a escribir novela negra y thriller, e  incursionó en la novela histórica con Invictus, al descubrir al personaje de Constantino con sus debilidades y grandezas (Entrevista en http://www.viatorimperi.com/simone-sarasso). Posteriormente escribió la novela Colosseum, ambientada también en la antigua Roma y en los gladiadores del Coliseo o Anfiteatro Flavio.

* Bibliografía adicional: Estambul,la ciudad del los tres nombres, de Bettany Hugues, Editorial Crítica, 2018.
Constantino, la invención del cristianismo, de Bárbara Pastor, Editorial Oberon, 2007.




miércoles, 27 de febrero de 2019

La casa de la literatura peruana

Hay en Lima una hermosa Casa de la Literatura Peruana, en lo que una vez fue la Estación del tren "Desamparados". Está  llena de poesía y de arte en todos sus rincones. Aquí,  contrario al nombre de la estación antigua, la literatura no está desamparada. Es, sencillamente, emocionante recorrer sus estancias. 





Poema de Javier Heraud (1942-1963)
premio a la poesía joven del Perú



Su historia: http://www.casadelaliteratura.gob.pe/wp-content/uploads/2016/01/EstaciondelasLetras.pdf

miércoles, 9 de enero de 2019

Un mundo mágico

EL MUNDO DE HOMERO
Una guía de viaje por la Ilíada y la Odisea
John Freely
Editorial Planeta
Ares y Mares


Antes de emprender un viaje, uno debe leer todo lo que pueda sobre el sitio al que va a ir; historia, para aprender; literatura, sobre todo, para conocer las visiones de los autores sobre su mundo; poesía, para volar por otros cielos. Y luego de viajar, hay que seguir leyendo para continuar viajando por las infinitas posibilidades que ofrecen los libros.

Me encantó este libro de John Freely (Nueva York, 1926-Estambul, 2017); me hizo viajar, aprender y recordar. Freely dice  en el prólogo, que la obra "pretende ser una guía de la Ilíada y la Odisea de Homero", y lo  es. Es un recorrido histórico y mitológico por las costas de Asia Menor en donde se levantaba Troya, hoy en Turquía,  y por los mares e islas por los que  Ulises  tuvo que vagar, luego de la guerra de Troya, por haber ofendido al dios de los mares, Poseidón. Según historiadores y arqueólogos, Troya existió y la guerra sucedió en la Edad del Bronce.

En la Ilíada Homero  enumera las distintas ciudades y pueblos que apoyaron a los troyanos, como dardanios, tracios, cicones, paflagonios, carios, ubicados en la actual Turquía, orillas del mar Negro y Anatolia; y también se nombran los que lucharon al lado de los micénicos, como los de Pilos, Esparta, Argos, Islas Jónicas, Creta y el número de naves que llevaron.  
Ilustración en El Mundo de Homero

Luego de la guerra, dice Freely citando a Estrabón,  hubo una gran migración de gente, "huestes heterogéneas, entre las que había griegos y otros pueblos",  que fueron conducidas por tres adivinos a través de los montes Tauro hasta el mediterráneo oriental, llegando incluso hasta Fenicia.  Entre esos que emigraron estaría Eneas, hijo de Afrodita, fundador mítico de Roma.

En la Odisea se narra el regreso de los héroes; algunos no llegarán nunca a su patria, otros llegarán para morir, y otros tardarán diez años recorriendo los mares, como Odiseo, rey de Ítaca, hasta que la diosa Atenea interceda por él.


Mapa de la ruta de Odiseo tomada de
 http://carinas-lenguajeycomunicacion.blogspot.com/2012/05/la-odisea-apoyo-de-lectura.html
John Freely va identificando las ciudades homéricas en sus propios viajes y siguiendo a Heródoto, a Tucídides, a Estrabón, y también a Schliemann, Korfmann y varios escritores , historiadores y arqueólogos más. Algunas existen aún, de otras solo quedan ruinas y de otras, solo sus nombres.  Y en este recorrido  por el mundo de Homero vamos caminando por la historia y por un escenario perenne de mitos y de leyendas, un universo en donde conviven héroes, sirenas, cíclopes, magas y las almas errantes de los muertos; y dioses caprichosos, pasionales, rencorosos, protectores o castigadores, dueños del destino; esa "raza misteriosa" que llegó a una tierra mágica,  "misteriosa únicamente porque el hombre ha olvidado el rostro de los dioses". Estos "hicieron aquí una parada, en su marcha hacia la eternidad, para lanzar una última mirada a la Tierra" y vieron que era como ellos la habían soñado. (Henry Miller,  El Coloso de Marusi).

Freely, físico y profesor de historia de la ciencia en Boğaziçi University de Estambul, fue también un gran viajero y autor de más de sesenta libros, muchos sobre Estambul, Turquía y Grecia. Entre ellos están: The western shores of Turkey, Strolling through Atnes, Strolling througt Istambul, Byzantine monuments of Istambul, The Flame of Miletus, The Grand Turk: Sultan Mehmet II-Conqueror of Constantinople an Master of an Empire.

Pese a ser un científico, fueron los poetas, antiguos y modernos, los que incendiaron su imaginación y formaron su vida, y fue en Estambul -Constantinopla- Bizancio, donde encontró su alma. (Eulogy for service at Feriköy Protestant Cemetery, read by his daughter Maureen, 11.5.17, en http://www.levantineheritage.com/john-freely-obituary.html)
Fotografía en http://www.hurriyetdailynews.com