jueves, 9 de abril de 2020

La red de la vida

LA INVENCIÓN DE LA NATURALEZA
Andrea Wulf
Ediciones Taurus
2016


"La primera vez que vio la Cruz del Sur, Humboldt comprendió que había hecho realidad los sueños de su "más tierna infancia" ". Era el año de 1799. Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland entraron  a Suramérica por Cumaná, capital de Nueva Andalucía en la Capitanía General de Venezuela. Allí empezaron un viaje por cinco años, pero que en realidad duraría toda su vida. Cruzó llanos, planicies, subió al Chimborazo, remontó los grandes ríos de América, atravesó selvas, cordilleras. Buscaba el conocimiento con afán, indagaba, estudiaba, escribía; decía que  a la naturaleza había que  sentirla para entenderla.

En Suramérica todo le fascinó: la vegetación, las flores, los pájaros multicolores,  las estrellas australes, la sombra de los Andes.  En la cima del volcán Chimborazo, en Ecuador, comprendió que la naturaleza "era un entramado de vida y una fuerza global", con "zonas climáticas correspondientes en todos los continentes"; supo  que "todo estaba entrelazado con mil hilos", y eso cambió la forma de ver el mundo.
Chimborazo, dibujo de Haeckel

En su intensa vida, conocería a Goethe, a Schiller; a Mutis y a Caldas en Colombia, a Simón Bolívar, a Jefferson. Sus obras y conferencias inspirarían a otros pensadores, científicos y poetas, como Darwin, Henry Thoreau, Ernst Haeckel  (quien inventaría el término "ecología" y cuyos dibujos de los radiolarios impulsarían el Art Nuveau); Bolívar, en su "Delirio sobre el Chimborazo", dejará "atrás las huellas de Humboldt" al ascender por sus laderas.

Humboldt, Retrato de Friedrich Georg Weitsch
Humboldt sostuvo y demostró que todo estaba "estrechamente relacionado", que la desaparición de los bosques ocasionaba sequías y que,  cuando volvía la lluvia, se formaban avalanchas que arrastraban la tierra y destruían el país. La forma de explotación colonial en Suramérica le hizo pensar que la acción del hombre tendría consecuencias catastróficas para las generaciones futuras, porque ocasionaba un desequilibrio en la naturaleza. 

Años más tarde, durante su travesía por Siberia, "había observado las consecuencias medioambientales de la ganadería intensiva". Y corroboró lo que había visto en los llanos de Venezuela: que los tres aspectos en los que la especie humana estaba afectando el clima eran  la deforestación, la irrigación descontrolada y, "quizá lo más profético, "las grandes masas de vapor y gas" producidas en los centros industriales". 

De la vida y el legado de Humboldt trata este libro de Andrea Wulf (Periodista, escritora e historiadora, nacida en Nueva Delhi,India, 1972.). No es una novela, pero es un ensayo biográfico apasionante y vibrante  que logra darnos una visión del inmenso mundo de Humboldt (1769-1859), de su legado científico y de su visión integral de la naturaleza. La autora incluye, también, capítulos sobre aquellos científicos y pensadores que fueron influenciados en sus ideas y obras por Humboldt y que complementan su biografía. El libro ganó el premio Royal Society Insight Investment Science Book en 2016.

Al terminar de leerlo es inevitable preguntarse: ¿qué hemos hecho con todo este conocimiento que viene desde el siglo XVIII? La naturaleza está gritando y no escuchamos. Necesitamos volver a deslumbrarnos con su belleza, a conmovernos ante una flor, a seguir los giros que el viento imprime a las nubes, a escuchar el canto de los pájaros. Tal vez aún no sea tarde para volver a  amarla y a respetarla en toda su grandeza, y también en toda su implacable realidad.

Geografía de las plantas, de Humboldt