lunes, 14 de abril de 2014

Años de Luz

AÑOS LUZ
James Salter
Narrativa Salamandra


Viri y Nedra tienen un matrimonio que parece perfecto, una hermosa casa en un bosque junto al río Hudson, una casa a donde "la luz llegaba en silencio" por las mañanas; amigos, veladas junto al fuego en invierno, o juntó al mar en verano, libros, flores. Tienen dos hijas, quieren que ellas tengan lo imposible, "no en el sentido de lo inalcanzable, sino en el sentido de lo puro", que su vida en pareja sea "una ilustración de la vida para sus hijas".

"La vida es el tiempo que hace", pero no hay vida completa, no para Viri y Nedra; él es un poco anodino, sueña con un momento de fama, con llegar a ser "crucial para la familia humana". Ella es exuberante, hermosa, se bebe la vida a tragos largos, la degusta, sueña con ser libre en el sentido de conquistarse a sí misma, una libertad que "estaba destinada solamente a quienes lo arriesgarán todo por conseguirla, a quienes eran conscientes de que sin ella la vida consistía únicamente en apetitos hasta que te quedabas sin dientes"; Nedra le tiene miedo a "la vida ordinaria".

James Salter, (Nueva York, 1925), nos describe esta vida aparentemente perfecta y cómo se va agrietando imperceptiblemente, cómo empieza a irse la luz, cómo, sin decirlo, se va colando  una tristeza, una melancolía sin nombre. De pronto es el tiempo que pasa, de pronto son los amigos que se van, de pronto es que se ha apurado la copa de la vida y ya no queda nada.

Es este un hermoso libro, escrito con un estilo de frases cortas, descripciones del paisaje, de la luz, diálogos concisos, con lo cual se estructura el rompecabezas de una vida. El narrador nos involucra, pues habla en plural, nos hace testigos de cómo van cambiando las estaciones, los árboles, los amigos, las hijas de Viri y Nedra, las emociones y los sueños. En el trasfondo, siempre presentes, la soledad y el miedo a la soledad, y "esta terrible dependencia de otros, esta necesidad de amar".
Al final, nos queda el alma llena de imágenes, pero también cierta tristeza, porque aquellos años luminosos van quedando atrás. 

Salter ha escrito obras como Juego y Distracción, En Solitario, Anochecer, un libro de relatos y sus memoras, Quemar los Días. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el PEN/Faulkner, el PEN/Malamud, el premio Hadada y el Windham Campbell en 2013.