jueves, 16 de junio de 2016

El viento en los olmos

LA DAMA DEL ARMIÑO
Antonio Cavanillas de Blas
2014


Cecilia Gallerani (1473-1536), la protagonista de esta obra, nació en Siena, "ciudad mágica" fundada, según la leyenda, por los hijos de Remo, y de ahí su símbolo de la loba amamantando a los gemelos. Su padre era sienés y su madre, veneciana. 
Símbolo de Siena

A los diez años se trasladó con su familia a Florencia, donde notó que la claridad era distinta, "más melancólica", y  que su aire trasparente iluminaba la inspiración de los artistas.
Florencia la atrapó,"sus pinos altos, de copa redondeada y uniforme, elegantes, muy olorosos, poblados de pájaros pequeños". La luz reflejada en las hojas de los olmos que el viento mueve haciendo oscilar su envés más claro que el haz. Recorrió la ciudad muchas veces porque "una vez no basta", lo cual es muy cierto. 
Florencia: Puente Vecchio al atardecer
Pinos altos y redondos en Roma
En Florencia, conoció  a Lorenzo de Médici, el Magnífico, que gobernaba la banca Médici al tiempo que la República y, en su sede de La Signoria, verá por primera vez a Leonardo Da Vinci, entonces de treinta años, quien la enseñará a pulir sus versos; a Masilio Ficino, filósofo; a Pico de la Mirandolla, escritor y poeta, a Poliziano, a un joven Durero, a Rafael Sanzio.
Era pleno Renacimiento y fue testigo de su esplendor y de las luchas políticas entre las ciudades estado y con el papado. Se sentirá habitando un mundo pleno de belleza y de sabiduría.
Florencia: detalle de frescos en la capilla de
los Magos, obra de Benozzo Gozzoli, en el
palacio Medici-Riccardi
Durante la vida de Cecilia Gallerani pasarán por lo menos ocho papas por el trono del Vaticano (porque era un trono): Inocencio VIII, Alejandro VI, Pío III, Julio II, León X, Adriano VI, Clemente VII, entre otros. También es la época de Miguel Angel, de Boticcelli, de Tiziano.
Tiene dieciséis años cuando llega como poeta invitada a la corte de Ludovico Sforza, Il Moro, duque de Milán. Es el otoño de 1489. Se convertirá en su amante y tendrán un hijo, Cesare, y el Moro le pedirá a Da Vinci, entonces en su corte, que la pinte en un retrato que se conocerá como La Dama del Armiño.
La dama del armiño: reproducción
en Museo Da Vinci de Roma. El original
está en el Museo Czartoryski, de Cracovia
Luego, se casará con el conde Ludovico  Carminatti y vivirá una vida más sosegada en su Palacio de Carmagnola. Ludovico Sforza continuará con sus alianzas y luchas por mantener el poder en Milán y será vencido por el rey Luis XII de Francia, en cuya prisión morirá.
En el libro, Antonio Cavanillas de Blas (Madrid, 1938) no solo nos cuenta la vida de esta extraordinaria mujer, testigo de primera mano de una época en que el arte, en todas sus manifestaciones, floreció en Europa y particularmente, en Italia, sino también nos va narrando, en la voz de la protagonista, todos los sucesos históricos que  acontecieron en Italia, sin dejar de lado las leyendas que han pasado a ser parte inseparable de esa historia. El autor es médico y ha escrito varios libros de corte histórico como Harald El Vikingo, El Cirujano de Al-Andalus, El Médico de Flandes, El Prisionero de Argel, entre otras.

En la ruta a Venecia
Esta obra la leí durante un viaje a la Toscana italiana, y fue maravilloso ver las cosas y lugares  que Cecilia Gallerani, en mi imaginación y en el libro, claro está, presenció.Su viaje de bodas pasó por Génova, Pisa, La Spezia, Santa Marguerita de Ligure, y otros sitios pequeños y mágicos con sus murallas antiguas en la cima de las montañas, su burgo pegado a sus faldas, y de vez en cuando el brillo del mar Mediterráneo.  
Se me quedó grabada la luz de un atardecer en Siena, el color amarillo ocre reflejado en el Puente Viejo de Florencia y el espejeo de las hojas de los olmos a la orilla del Arno.
Siena: Atardecer

Fotografías: Silvia Reyes y Pilar Colom, junio de 2016