sábado, 25 de julio de 2015

Exilios

OSTENDE
1936, El verano de la amistad
Volker Weidermann
Alianza Literaria
Madrid, 2015

Es el verano de 1936. En la ciudad costera de Ostende, Bélgica, se encuentran escritores y editores entre el gran número de exiliados alemanes, muchos de origen judío, otros no. Han escapado de la Alemania nazi, sus obras han sido prohibidas: Klauss Mann, Stefan Zweig y su secretaria, amante y luego esposa Lotte Altmann; Joseph Roth, Egon Erwin Kisch y Giselle Kisch,  Ernst Troller y  su esposa Christiane Grautoff, Arthur Koestler, Irmgard Keun, Hermann Kesten.  Casi nadie les publica en Europa, salvo alguna editorial de exiliados en Holanda. 

Stefan Zweig es un escritor judío nacido en Viena, de éxito, adinerado y refinado, pacifista y defensor de la tolerancia y la conciliación, admirador del humanismo de  Erasmo de Rotterdam; se ha ido a Ostende huyendo de las ataduras de su matrimonio con Friderike Zweig, y de los ataques por su libro Castellio contra Calvino, Conciencia contra violencia, publicado en ese año. Su casa de Kapuzinerberg, Salzburgo, ha sido registrada por la policía, el Estado se ha entrometido en el mundo de su creación. "Quiere ser libre, siquiera un poco, en ese mundo encadenado".

Joseph Roth es también escritor, judío oriundo de Brody, en las fronteras orientales del imperio austro-húngaro; a diferencia de Zweig, es pobre, alcohólico y combativo, y también ha dejado a la mujer con quien vivió varios años. En ese verano de 1936 se forjará su amistad con Zweig, se ayudarán mutuamente en su obra, el vienés le sostendrá económicamente, y ambos verán cómo su patria es anexada a Alemania, cómo se desmorona su mundo, cómo "cada día que se prolonga esta vacación se hace más improbable el regreso".

Zweig había escrito, en Castellio contra Calvino: “Un común destino y la común persecución unen a estos emigrantes, aunque en modo alguno estén de acuerdo en todas las cuestiones teológicas, pero las naturalezas compasivas no necesitan de una coordinación sistemática y hasta en el más pequeño punto de sus idearios, para hermanarse en un intercambio amistoso de opiniones.”

Roth, en su libro La Marcha Radetzky, escribió: "Todo lo que crecía, requería de mucho tiempo para crecer. Y todo lo que desaparecía necesitaba largo tiempo para ser olvidado. Todo lo que había existido dejaba huellas tras de sí y entonces se vivía de los recuerdos, como ahora se vive de la capacidad de olvidar rápida y decididamente".
Stephan Zweig y Joseph Roth, fotografiados por Lotte
Altmann, en Ostende, 1936

Roth morirá en Paris en 1939 por causa del alcohol; Zweig seguirá su periplo de exiliado que le conducirá finalmente a Brasil; en 1942, desesperanzado con el avance del nazismo, se suicida en su casa en Petrópolis, junto con Lotte. En su obra contra Calvino parece anticipar lo que sucedería: "No sólo los fanáticos aislados son peligrosos, sino el funesto espíritu del fanatismo".

Castellio, quien escribió su denuncia contra Calvino en 1554 por la muerte de Miguel Servet en la hoguera, dijo entonces: “Calvino califica a todos aquellos escritores que no se limitan a repetir su doctrina de animados por malas intenciones. Por eso exige no sólo que se les impida escribir, sino también hablar, de modo que sólo él tenga derecho a decir lo que considera correcto." Anota  Zweig que fue éste el primer libelo de defensa contra la libertad de opinión y la tolerancia, anterior incluso a Locke y Hume.

Y agrega Zweig: "Precisamente eso es lo que Castellio quiere cuestionar de una vez por todas, el que un hombre o un partido reivindiquen el derecho a decir: nosotros somos los únicos que conocemos la verdad, y cualquier otra opinión es un error.”

También dice: “Sin voluntad de conciliación, la auténtica humanidad es imposible, pues sólo «cuando nos dominamos interiormente podemos vivir juntos y en paz, e incluso si a veces tenemos opiniones diferentes, entendámonos al menos y concedámonos  mutuamente entre tanto el amor y la unión de la paz, hasta que consigamos la unión en la fe».”

En el libro de Volker Weidermann (Darmstadt, Alemania, 1969) vemos la luminosidad de una amistad literaria en tiempos aciagos, y también la desilusión creciente por la caída de un mundo, por la irracionalidad que se había apoderado de Alemania, pese a lo cual la literatura persiste, sobrevive, salva de la locura. 

El autor es redactor jefe del suplemento cultural del periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung, y es autor de varios libros, entre otros, de una biografía sobre Max Frish y un ensayo sobre los libros que fueron quemados por estudiantes en Alemania en 1933.

En una entrevista publicada en abc.es, Weidermann anota que: "Es impresionante que los gobernantes totalitarios sigan teniendo miedo de los libros, de los escritores, porque es una prueba magnífica del poder de la literatura, de que la literatura tiene repercusiones.
(http://www.abc.es/cultura/cultural/20140609/abci-entrevista-volker-weidermann-201406091204.html)

Ostende es no solo un libro sobre la amistad entre dos escritores exiliados; también es una obra sobre los peligros de la intolerancia, de la sinrazón de la guerra, y de los efectos devastadores del exilio, sobre todo en una persona que, como Zweig, necesitaba de estabilidad y de " la seguridad que le ofrecían la patria y los amigos".

En palabras de Pablo Neruda,

"El destierro es redondo:
un círculo, un anillo:
le dan vuelta tus pies, cruzas la tierra,
no es tu tierra,
te despierta la luz, y no es tu luz,
la noche llega: faltan tus estrellas,
hallas hermanos: pero no es tu sangre.
eres como un fantasma avergonzado
de no amar más que a los que tanto te aman,
y aún es tan extraño que te falten
las hostiles espinas de tu patria,
el ronco desamparo de tu pueblo,
los asuntos amargos que te esperan
y que te ladrarán desde la puerta."



Notas:
Entre las obras de Stephan Zweig están sus biografías y ensayos: María Estuardo, Erasmo de Rotterdam, María Antonieta, Fouché, el genio tenebroso; Paul Verlaine; Balzac; Momentos estelares de la humanidad; Montaigne.   Además, obras de teatro,  poesía, novelas como Veinticuatro horas en la vida de una mujer, El candelabro enterrado. Autobiográficos como El Mundo de Ayer, publicado después de su muerte.

Entre las obras de Joseph Roth están La marcha Radetzky La cripta de los capuchinosJob, Zipper y su padre u Hotel Savoy, Judíos Errantes, y La Leyenda del Santo Bebedor, obra póstuma.

La Editorial Acantilado ha publicado la obra Ser amigo mío es funesto, con la correspondencia entre Joseph Roth y Stefan Zweig.