miércoles, 26 de enero de 2011

Poderoso caballero es don Dinero

LAS CAUSAS DE LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO
Francisco de Quevedo

En el precio, el favor; y la ventura,
venal; el oro, pálido tirano;
el erario, sacrílego y profano;
con togas, la codicia y la locura;

en delitos, patíbulo la altura;
más suficiente el más soberbio y vano;
en opresión, el sufrimiento humano;
en desprecio, la sciencia y la cordura,

promesas son, ¡oh Roma!, dolorosas
del precipicio y ruina que previenes
a tu imperio y sus fuerzas poderosas.

El laurel que te abraza las dos sienes
llama al rayo que evita, y peligrosas
y coronadas por igual las tienes.

Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid, 1580 - Villanueva de los Infantes, 1645) es uno de los poetas barrocos del llamado Siglo de Oro Español. Estudió Filosofía y Humanidades en la Universidad de Alcalá de Henares entre 1596 y 1600, y Teología en Valladolid, aunque abandonó los estudios antes de terminar. En esta ciudad comenzó su trayectoria poética (1603) y escribió sus primeras letrillas contra Góngora diciéndole, por ejemplo, "En lo sucio que has  cantado/y en lo largo de narices,/ demás de que tú lo dices, / que no eres limpio has mostrado". Adquirió reputación, no de forma gratuita,  de escritor satírico y mordaz, lo cual le ocasionó no pocos problemas y enemigos. De su vida cortesana, obtuvo beneficios y, también, prisiones y destierros al vaivén de los intereses políticos y de las intrigas y maledicencias que iban y venían por calles, cortes y corrillos, muchas con la literatura como medio. (Notas tomadas de la Introducción a la obra Quevedo Esencial, de edición de Celsa Carmen García Valdez, 1990, Madrid).

Este poema me llamó la atención, no sólo porque en mi última nota comenté sobre el Imperio Romano, sino sobretodo por la primera estrofa, que sigue siendo clara y diciente en cuanto a las causas de la ruina de cualquier gobierno: favores comprados, obtención de ventajas con sobornos, el erario público profanado y la justicia guiada por la codicia. Triste verdad ésta, pues como dijo el poeta en 1603, "Poderoso caballero / es don Dinero".