viernes, 11 de marzo de 2016

Sueños rotos

LA CASA DE LAS MINIATURAS
Jessie Burton
Editorial Salamandra
2015

Amsterdam, 1686. Nella Oortman llega a la casa del hombre con quien se casó un mes atrás. Viene del campo, de una familia de nobleza rural pero empobrecida. Es joven, fresca, ingenua y sueña con el amor romántico, pero ha sido casada por su madre con el rico comerciante Johannes Brandt, que le dobla la edad.

El no está en casa cuando Nella llega, pese que habían acordado la fecha de su llegada. La reciben una adusta y antipática cuñada, una criada burlona y un criado negro a quien Nella observa asombrada. Nunca había visto a un hombre con ese color de piel.

Herengracht-curva de oro
La casa de su marido queda junto al canal, en la llamada "curva de oro". Le han asignado una habitación que se asoma al canal, recargada de bordados y cojines con las iniciales familiares y desagradables pinturas.

Su marido tarda varios días en aparecer, y cuando llega, no parece tener prisa en iniciar su vida conyugal. Le regala a Nella una réplica de la casa en miniatura, hecha con materiales preciosos, para que ella la vaya llenando a su gusto.

Nella contrata a una miniaturista para que la provea de figuras, que son sorprendentemente parecidas a la realidad. Son enigmáticas, y parecieran ser premonitorias: una cuna de bebé, su cuñada  y los criados, ella misma, los muebles de la casa, los perros de su marido, o tal vez es su soledad que la hace ver cosas que no existen, o es su anhelo de comprender o de encontrar un lugar en esa casa, en esa nueva familia. Busca a la miniaturista, pero ésta  es una mujer esquiva, que la observa y desaparece.

En su corta vida de casada, con marido pero sin él, Nella conocerá la aparente adustez calvinista que impera en la ciudad, la hipocresía, la doble moral de la gente, y también turbios secretos, de esos que pueden acarrear la pena capital.

www.jessieburton.co.uk
Jesse Burton (Londres, 1982) ha escrito una novela apasionante, que aunque parece transcurrir en calma, como las aguas de los canales, arrastra un remolino de intrigas, misterios que se van desvelando poco a poco, descubrimientos terribles, y que atrapan irremediablemente al lector obligándolo a continuar leyendo hasta llegar al final, extenuado.

Además, es un retrato vívido de la Amsterdam del siglo XVII, sus costumbres, el fanatismo religioso, y la capa de austeridad que recubre la vida, por debajo de la cual se enredan las pasiones.

El libro ha tenido múltiples reconocimientos: