viernes, 12 de octubre de 2012

UNA VOZ

LEONARD COHEN
Old Ideas



Hace poco  supe de Leonard Cohen, de pronto un poco tarde; leí una reseña de Jacobo Celnik  en la última edición de la revista Lecturas, de El Tiempo, busqué su música y, sencillamente, me encantó. De su disco Old Ideas impacta la voz, profunda, un poco cansada, tal vez; como la voz de alguien que te cuenta algo que viene de lejos, de un tiempo pasado, y te lo cuenta ahora, luego de superar días y penas. Es la voz y la poesía de alguien que está de regreso del mundo, que va a casa: "Going home without my sorrow, going home sometime tomorrow, going home to where it´s better than before" (Going Home, en Old Ideas)
Como anota Celnik, "Para ‘Old Ideas’ el cantautor canadiense tuvo todo el tiempo necesario para crear el disco adecuado que refleja la madurez y sabiduría de un hombre que ha dado todo por las artes. Un alma sincera y curada de heridas del pasado nos hipnotiza con canciones que dan respuesta a algunas preguntas de su pasado y el proceso de sanación de un ser abatido por golpes injustos que suele dar la vida. “Dímelo otra vez cuando esté limpio y sobrio; dímelo de nuevo cuando haya visto a través del horror; dímelo de nuevo, dímelo una y otra vez; dime que me quieres, entonces Amén". [http://www.eltiempo.com/lecturas-dominicales/que-vengan-los-cielos-y-escuchen_12276842-4]
Leonard Cohen, poeta y músico, es canadiense (Montreal, 1934). Obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011, y en su discurso de aceptación del premio le hizo un hermoso homenaje a Federico García Lorca, a cuya poesía atribuye el haber podido encontrar su propia voz y romper así con el silencio.
Dijo Cohen: "en esta fraternidad en la que estoy con el poeta Federico García Lorca, puedo decir que cuando era joven y adolescente y buscaba una voz en mí, estudiaba a los poetas ingleses y conocía bien su obra, y copiaba sus estilos, pero no encontraba mi voz: solamente cuando por fin leí, aunque era una traducción, las obras de Federico García Lorca, fue entonces cuando comprendí que había una voz.
No es que haya copiado su voz, yo no me atrevería a hacer eso, pero me dio permiso para encontrar una voz, para ubicar una voz, es decir, para ubicar el yo, un yo que no está del todo terminado, que lucha por su propia existencia, y conforme me iba haciendo mayor comprendí que las instrucciones venían con esa voz. ¿Qué instrucciones eran esas? Nunca lamentar, y si queremos, ni siquiera casualmente, ni si queremos expresar la derrota que nos ataca a todos tiene que ser en los confines estrictos de la dignidad y de la belleza. Y por tanto ya había encontrado yo mi voz, pero no tenía el instrumento para expresarla, no tenía una canción.["http://www.animalpolitico.com/2011/10/discurso-de-leonard-cohen-al-recibir-el-premio-principe-de-asturias-de-las-letras/].
En la obra de Cohen encontramos poesía, música, pinturas, toda una vida dedicada al arte. [www.leonardcohen.com]
La canción que destaca Celnik en su escrito es conmovedora y la música cala en el alma, como la lluvia en la tierra, voz que penetra en ese íntimo anhelo de alcanzar un refugio  limpio del mundo y del horror.

He llegado tarde a Cohen, pero he llegado.