Domingo Villar
Ediciones Siruela
2011
En la playa de Panxón, cerca de Vigo, aparece el cadáver de un pescador ahogado, con las manos atadas. El inspector Leo Caldas comienza a indagar por él entre los pescadores que lo conocían. Observa, pregunta, piensa, y vuelve a preguntar. Debe vencer la reticencia de las personas del pueblo, y aguantar los exabruptos de su asistente, el aragonés Rafael Estévez, quien no comprende el modo de ser de los gallegos. También debe soportar al director del programa radial Patrulla en las Ondas en el cual participa escuchando quejas de los ciudadanos, pero gracias al cual es muy conocido en Vigo y sus alrededores.
Los vecinos del pescador -Justo Castelo- hablan de las amenazas de un fantasma, un capitán que se hundió con su barco y que ha vuelto; en ese naufragio solo se salvaron sus tres marineros, uno de los cuales era Castelo. El estilo del inspector es pausado, sereno; se deja guiar por sus intuiciones, ve más allá de las respuestas a sus constantes preguntas; revisa el pasado de Castelo, averigua por el capitán ahogado buceando en los recuerdos de los marineros viejos, y va atando los cabos sueltos.La trama está muy bien armada, y el lector quiere seguir leyendo unas páginas más cada vez, hasta terminar el libro.
Playa de la Madorra, Panxón, en elpais.com |
Al tiempo, intuimos que el inspector es un hombre un poco triste; al parecer, su mujer lo ha dejado; su padre es viejo y está dedicado a un viñedo que le remueve la nostalgia cuando lo visita de vez en cuando; es feliz haciendo vinos y poniendo al día su libro de idiotas.
Ría de Vigo - guias.masmar.net |
Este es el segundo libro de la serie del inspector Leo Caldas, de Domingo Villar (Vigo, 1971), escritor español y guionista de cine y televisión. Fue llevada al cine en 2015.
Las otras obras de la misma serie son Ojos de Agua, una novela corta que narra un crimen truculento aun cuando bien tratado, y El último barco, del 2019, sobre la desaparición de una profesora auxiliar de cerámica, hija de un prominente personaje de Vigo; también en esta obra encontramos el estilo investigativo de Caldas, lento y circular, pese a las presiones del padre de la víctima y del mismo jefe de Caldas, todo ello con el escenario de la ría de Vigo siempre presente, el mar, las playas solas en otoño, los pájaros marinos, la arquitectura de la ciudad cuyos hermosos edificios antiguos han sido reemplazados por esperpentos modernistas.
Sin embargo, en este último libro la trama no es redonda, como en La Playa de los Ahogados, la pista que dará solución al crimen es algo inesperada, sin mayor relación con las averiguaciones previas, aunque surge de un hilo sutil de los que hala el inspector.
En un club de lectura con mossos, en Barcelona, le comentaron a Villar que "el hallazgo mayor del libro (El Último Barco) es ése: la lentitud de la investigación. Investigar un crimen es divagar, dar vueltas a círculos concéntricos hasta que aparece una rendija... Escribir también es eso." (https://www.elmundo.es/papel/cultura/2019/05/08/5cd1a79121efa0bc788b47cc.html)
Ese es el estilo de estos libros y, también, como anota su autor, son "novelas policíacas que por dentro son cuentos de amor a una tierra. Galicia" (xlsemanal.com); ese amor también se saborea en la obra de Villar, junto con el vino blanco helado, y las cigalas y zamburiñas del Bar Puerto en la calle de Arenal, y su cigarrillo bajo la lluvia.
La serie del inspector Caldas ha sido traducida a varios idiomas y su autor ha sido galardonado con diversos premios, "entre los que caben destacar el Novelpol en dos ocasiones, el Antón Losada Diéguez, el Premio Sintagma, el Premio Brigada 21, el Frei Martín Sarmiento, Libro del Año de la Federación de Libreros de Galicia. También ha sido finalista de los Crime Thriller Awards y Dagger International en el Reino Unido, del premio Le Point du Polar Européen en Francia y del premio Martin Beck de la Academia Sueca de Novela Negra" (casadellibro.com).
Me ha gustado mucho este autor; lo recomiendo para los amantes de la novela policíaca.
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