sábado, 6 de julio de 2024

Las garras del populismo

 

CÓMO PERDER UN PAÍS
Ece Temelkuran
Ediciones Anagrama, 2019

El 15 de julio de 2016 hubo un intento de golpe de estado contra Erdogan, presidente de Turquía desde 2014 hasta ahora. Un golpe de estado extraño, frente a los medios de comunicación y sin que el ejército arrestase a los políticos, tan extraño que llegó a decirse que fue orquestado para legitimar el sistema presidencial asentado en el islam y afianzar el poder del gobernante. 

Según Ece Temelkuran (Izmir, Turquía, 1973), Erdogan acudió a todos los medios para que el pueblo lo respaldase, en nombre de Dios. Porque este es un gobierno de derecha que propugna casi que volver al califato, por regresar a la hegemonía de la religión islámica anterior a 1923, cuando Ataturk fundó la república; un gobierno que empezó "con la llegada de un populista".

El objetivo del libro no es contar cómo se perdió la democracia en Turquía, "sino intentar extraer lecciones de ese proceso en beneficio del resto del mundo", en donde se observa un auge del populismo, y mostrar "cómo detectar las pautas recurrentes del populismo" con el fin de prepararnos para afrontarlo.
Seguidores de Erdogan 2016 BBC News


Dice la autora: "He identificado los siete pasos que tiene que dar un líder populista para pasar de ser un personaje ridículo a convertirse en un autócrata seriamente aterrador, mientras corrompe hasta la médula a toda la sociedad de su país". Son: 

1a, "Crea un movimiento", uno que surja en las provincias, cuyos cambios desestabilizadores "pueden parecer intrascendentes en las grandes ciudades"; allí, en cambio, dicen, "nosotros somos más que un partido. Vamos a cambiar por completo este sistema corrupto". Se consideran el "pueblo real", un movimiento que "representa la promesa de restaurar la dignidad humana", que reúne a masas antes invisibles, creando un "nosotros".

2a: "Trastoca la lógica y atenta contra el lenguaje". El populista dice disparates "frente a los hipnotizados ojos de millones de personas" que se los creen, y ante los cuales la racionalidad es impotente. Se politiza el lenguaje cotidiano, "en sintonía con el hombre de la calle", se apela a un estilo despreciativo que raya en el insulto, se rechaza a los expertos, se acude al truco de "hacer creer a sus partidarios que rechaza a los esnobs elitistas y sus medios de comunicación".

3a. "Elimina la vergüenza: En el mundo de la posverdad la inmoralidad "mola"". Historias inventadas, teorías sin fundamento, los ignorantes socavan la autoridad de la ciencia, el sentido común y el consenso moral básico, con "ejércitos de troles" a su servicio. La vergüenza y la compasión ya no cuentan.

4a. "Desmantela los mecanismos judiciales y políticos": Con todos los poderes del estado en manos del régimen autoritario, resulta imposible hacer uso de los comportamientos políticos habituales. Se socava el aparato estatal creando la sensación de que es superfluo, innecesario. El Estado de Derecho se vuelve un obstáculo a la "voluntad del pueblo", y sus defensores se vuelven "terroristas".

5a. "Diseña tu propio ciudadano": Se ahuyenta la empatía, los valores que promueve el líder acaban creando un nuevo tipo de ciudadano: "un matón rebosante de antipatía". El populismo proporciona una causa, el villano es obvio: "la élite, las brujas feministas, los extranjeros, los traidores o quien sea". Solo quienes acepten la causa tendrán acceso a los beneficios del poder.

6a, "Deja que se rían ante el horror": La risa como medio de resistencia, la risa que suaviza el dolor un rato, el humor político tras la derrota. Y luego de esa risa, el sarcasmo. "Acumular chistes críticos como quien acumula munición no s ayuda a gestionar nuestras inquietudes sobre el futuro". 

7a. "Construye tu propio país": Las referencias y nuevos códigos comunes excluyen a quienes no cumplan la norma. Ahora es el país de "ellos", son las nuevas élites, el "pueblo real". Quebrantamientos de la justicia, aplicación parcial de las leyes a los disidentes, venganzas ilegales, destrucción del mínimo de moralidad, hacer de la víctima un objeto de burla. En ese momento se ha perdido un país, ya no se pertenece a él.  

Aunque el libro se refiere al populismo de derecha, de Erdogan, de Trump, incluso de Chávez y de los impulsores del Brexit, anotando que la autora milita en la izquierda progresista, creo que estas pautas se ven en todos los populismos de todos los colores políticos. Cualquier gobierno que se arrogue el nombre del pueblo y quiera pasar por encima de las instituciones democráticas, va camino de instaurar una dictadura.

Las respuestas ante los avances del populismo han sido discursos emocionales de condena, denuncias de las incoherencias de la política del gobierno y hechos frente a las mentiras. A ello se suman los financistas y empresarios que buscan congraciarse con el poder para obtener ventajas económicas, en lugar de "movilizar el mundo de los negocios para protestar u organizarse políticamente para resistir". 

Se requiere ser políticamente activos o reactivos, dice, "emprender una acción política", y actuar juntos. Sin embargo, la gran mayoría de los ciudadanos no tenemos sino las herramientas legales para oponernos, aunque es cierto que debemos actuar juntos; de resto sería confrontación, sin contar con el poder de las armas que sí tiene el gobierno.


Ece Temelkuran es novelista y columnista política que ha publicado en The Guardian, Le Monde Diplomatique, Der Spiegel, The New York Times, entre otros. Sus libros de investigación periodística se refieren a temas controvertidos en Turquía, como las cuestiones kurdas y armenias y la libertad de expresión. 
"Ganó el premio First Book del Festival Internacional del Libro de Edimburgo por su novela Women who blow on knots, y el premio Ambassador of New Europe por su libro Turkey: The insane and de melancholy. En 2008 recibió el Premio a la Libertad de Conciencia Ayşe Zarakolu de la Asociación de Derechos Humanos de Turquía, y en 2023 el Premio Internacional de Periodismo El Mundo en la categoría de Libertad de Prensa. Vive en el exilio.

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