jueves, 27 de junio de 2013

La sombra de Dante

INFERNO
Dan Brown
Editorial Planeta

He de confesar que me devoré el libro en dos sentadas. Sencillamente, no podía parar de leer. Me desperté con el profesor Robert Langdom en un hospital en Florencia, nos persiguieron por toda la ciudad mientras iba tras las huellas de algo terrible que un genetista, auto denominado La Sombra,  había dejado entre versos de la Divina Comedia, de Dante Allighieri, cuadros alterados de Boticcelli, y palazzos florentinos.

También estuvimos en Venecia, y terminamos el periplo en Estambul, con la OMS y El Consorcio buscando todos el mismo objetivo: salvar a la humanidad de la amenaza de La Sombra.

El genetista ha dejado, además, un video que se debe enviar a los medios de comunicación, en el que pregona que "para alcanzar el Paraíso, el hombre debe pasar por el Infierno", pero el Infierno no es el que vendrá, sino el que ya está viviendo la humanidad. ¿Cuál es esa amenaza tras cuya detección a tiempo corren todos? No se los voy a decir para no dañarles la lectura, pero sí es bastante sorpresivo.

El libro de Dan Brown es trepidante, sabe terminar los capítulos en el punto en el que el lector ansía saber más; es cinematográfico, pensado tal vez en su futura versión para cine; a ratos cansa el tema recurrente de la amnesia que sufre el profesor y sus visiones apocalípticas, pero al final entenderemos y tendremos, si no un final feliz, por lo menos satisfactorio, en términos de la trama de la novela.


Pero, además de eso, nos trae al presente el poema de Dante (Florencia 1265-Ravena 1321), La Divina Comedia, que narra el viaje del poeta, guiado por Virgilio, a través de los nueve círculos del infierno, por el purgatorio, hasta llegar al paraíso, en donde encuentra a su amada Beatriz; un larguísimo poema lleno de alegorías, alusiones a los tiempos del poeta, cuya parte más conocida es la primera, Infierno, en donde son castigadas las almas según los pecados cometidos en vida, no solo de hombres, sino de personajes de las obras literarias que Dante seguramente leyó.

En entrevista publicada en El Meridiano de Córdoba, dijo Brown: "Mi esperanza con este libro es que la gente se sienta inspirada para descubrir o redescubrir a Dante. Y si todo sale bien apreciarán al mismo tiempo algo del increíble arte que Dante ha inspirado en los últimos 700 años".
Cierto es que invita a repasar la Divina Comedia. Haciéndolo, encuentro que el epígrafe del libro de Brown parece una modernización del verso 39 del Canto III del Infierno, el cual se refiere, según los  analistas, a  aquellos que "cuando se trata de los intereses de la patria observan una neutralidad culpable":



"Mezclados son al coro aquel perverso
de los ángeles que, sin ser rebeldes,
ni fieles al Señor, fueron para ellos.
Los echa el cielo porque desmerece,
    y ni el profundo infierno se les abre..."

Y es que  la novela toca un problema que afecta a toda la humanidad como es la superpoblación en un planeta que ve agotarse sus recursos alimenticios, frente al cual de pronto habría que hacer algo eficaz y drástico para realmente salvar a la especie.

El Infierno de Dante, de Botticelli
El poema de Dante está lleno de símbolos, pistas, alusiones, al igual que el misterio que deben resolver los protagonistas de la novela. Nos caería bien, entonces un curso de "Simbología de Dante", dictado por el profesor Robert Langdom. Yo asistiría, sin lugar a dudas.

Otras obras del autor: El Código da Vinci, Angeles y Demonios, El Símbolo Perdido, entre otras.